Estoy viendo un partido de fútbol en la tele. O no, no se. Quizá sea una feria de muestras que en lugar de celebrarse en el Ifema se celebra en un estadio.
Tenemos dos equipos cada uno con su patrocinador en la camiseta, un poco mas arriba la marca de la indumentaria, detrás en el pantalón mas publicidad. Todo ello supervisado por unos árbitros también con publicidad hasta en el banderín.
Alrededor del césped, vallas publicitarias, en movimiento, parecen películas que están jugando otro partido diferente. Detrás de la portería lonas publicitarias que parecen estar esperando el gol con mas ansia que los aficionados del fondo. Un gol repetido, polémico o importante dará miles de vistazos a dicha marca.
Y subiendo la vista a las gradas vomitorios forrados por patrocinadores en exclusiva del estadio, y mas arriba los palcos vip, ya que pago pastón, me anuncias, que me vean los de mi equipo, que me compren, porque yo soy de tu equipo.
A todo esto, como va el partido?, miro el videomarcador, pero no sale el resultado están poniendo anuncios, en lo que espero a que salga el resultado me fijo y veo que esta completamente rodeado de anuncios, por arriba, por abajo, a la derecha, por la izquierda, como si de una canción del verano se tratara.
Pero el partido solo dura 90 minutos y tenemos que aprovechar el filón, hay que dar una entrevista una rueda de prensa, mejor con mostrador y ponerle al lado del micrófono botellas, y marcos digitales de fotos que cambian cada 5 segundos de marca, y un cartelón detrás con 10 marcas repetidas 10 veces cada una. Pero para que funcione mejor necesitamos polémica. Que todas las televisiones, periódicos, digitales pongan esa imagen del entrenador en cuestión cuestionando la cuestionable labor arbitral y ahí está, de fondo en chiquitito nuestra marca. Alguien la verá, miles de personas no pueden obviarla, alguno la recordará, alguno me comprará.
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